viernes, 23 de enero de 2009

Lucha, psicoanálisis y sistema de dominación

Anoche discutía con un buen amigo sobre la utilidad revolucionaria del análisis (c.c. psicoanálisis). Nuestra discusión duró varias horas. Pienso que pude plantear mis argumentos correctamente, a pesar de que mi amigo, según me parecía a mi, me atribuía cosas que yo no estaba diciendo.

Mis argumentos eran los siguientes.

Primero, en nuestra formación social, que produce empobrecimientos y empobrecid@s de todo tipo, el conocimiento, así como el arte o la salud son privilegios de algunos, a veces más, a veces menos, dependiendo de que tan al Norte se esté del dinero.

Los psicoanálisis (porque entiendo que no hay uno solo), igual que la educación universitaria, o la música de Bob Dylan o los cuadros de Magritte, no son accesibles para la mayoría. Son una opción reducida entre las personas privilegiadas que tienen acceso al conocimiento y exposición a este tipo de saber/hacer. Eso no es responsablidad de l@s analistas, ni de l@s profesor@s universitarias, ni de Bob Dylan, ni de Magritte en tanto analistas, artistas, profesor@s o musicos. Sí es responsabilidad de ellos en tanto ciudadan@s (para utilizar una categoría moderna), es decir, en tanto responsables de la producción de humanidad.

Mi crítica a alguna tendencia del psicoanálisis del que participo es que se tiende a sostener (o al menos así lo entiendo yo) que l@s analistas no se ocupan de militar políticamente. O, quizás, militan politicamente de otra forma. Porque no es para menos, la labor que cumplen, eso lo entiendo. Es loable el esfuerzo que hacen analistas, hombres y mujeres, que abren espacios para que personas que tengan la voluntad de pensarse y escucharse lo puedan hacer. Es un hermoso acto, a decir verdad. Y soy conciente de ello y lo admiro.

Sin embargo, como opción personal y humilde opinión, pienso que a nuestro país le hace falta más movimiento social que psicoanalistas. Esto no quiere decir que l@s analistas no sean necesari@s, todo lo contrario. Pero me parece que si ser analista es incompatible con ser militante político en algún movimiento social (que no lo hay en nuestro país por cierto, o si existe, no tiene la fuerza suficiente porque no incide en la desagregación o incide poco), mis esfuerzos serían de mayor utilidad produciendo comunidad y organización social que al lado del diván.

Este no es un argumento menor, a mi parecer. Se basa en una idea simple: mientras existan hambrientos y analfabetos, también es importante ocuparse de eso. Y pienso que es más urgente ocuparse de eso. ¿Para qué? Para que el arte, el psicoanalisis o la educación no sean privilegio de pocos, sino opción de muchos. Que sea una opción no quiere decir que todo el mundo vaya a correr desbocado al diván o que necesite hacerlo.

Para mí lo importante sigue siendo la transformación de las estructuras de injusticia. También eso es una causa necesaria. Y creo que más urgente, si es que el ser analista entra en conficto con ser militante político. Porque se puede ser poeta/isa y militante político, se puede ser artista y militante politico.

Hay algo que no es competencia del psicoanálisis resolver que urge resolver. Si eso que urge resolver entra en conficto con el quehacer del psicoanálisis, entonces mi resposabilidad se haya afuera del psicoanálisis.

martes, 13 de enero de 2009

Sup dixit

Es un gesto bello el enfrentar con flores los cañones de los fusiles, vaya hasta hay fotos eternizando el acto. Pero a veces es necesario hacer que esos fusiles cambien de objetivo y se dirijan hacia arriba.

domingo, 4 de enero de 2009

Fidel Castro discurso en la ONU 1979

"Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se pueden resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no poden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos..."

jueves, 1 de enero de 2009

"Betta leave it so"

El cantón central de Limón tiene aspecto de catastrofe natural. Toda la ciudad es un basurero a cielo abierto. Pareciera ser que nuestro pueblo ha perdido cuotas significativas de autorespeto, amor propio y noción de comunidad.

No existe ciudadanía alguna que reclame por el deterioro y empobrecimiento que padece la ciudad. No hay quién se organize para producir y sostener condiciones elementales de vida digna: que luche por la construcción de aceras y mantenimiento de parques y espacios públicos, por pavimentar carreteras, por que exista recolección de basura y centros adecuados de procesamiento.

La ausencia de ciudadanía permite que funcionarios municipales administren los dineros públicos de manera ineficiente en el mejor de los casos y venalmente o abiertamente corrupta en el peor.

Limón es muestra de lo que produce la guerra del 'libre comercio' (en realidad comercio preferencial) y las políticas neoliberales en nuestro país, que hoy se intensificaron con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre EE.UU., Centroamérica y República Dominicana.

Lo que antes eran barrios de obreros de Japdeva, Incofer y Recope, ahora son guettos de gente, mucha de ella desempleada, que posee niveles educativos y culturales mínimos y ni el más remoto sentido de comunidad, dignidad o amor propio.

Adictos, enfermos de soledad y desamparo pululan por las calles, mientras delincuentes empresarios de la droga hacen alarde de su opulencia malhabida con desvergüenza e impunidad. Hasta gozan de prestigio y se les subvenciona gasolina para que embarquen droga y la traigan a puerto.

Hay tanto por hacer y estámos verdaderamente atrasados ya para empezar a hacerlo. Algunos, viendo la profundidad y la densidad de la decadencia sólo alcanzan a decir con desesperanza: "betta leave it so".