Estoy aquí sentado, tomando café, en esta casa que ya no es nuestra casa. La tristeza me hace escribir. A veces es triste estar sin vos. Otras veces no. Conforme te alejas me siento más solo. Siento ganas de salir a buscarte. A pedirte que no te vayás lejos. Estoy perdido. No sé que quiero definitivamente. Sólo sé que quiero de forma parcial. A veces. Es extraño. Me pregunto ¿cómo mantener ese vacío que impulsa, sin destruir lo que hay? ¿Será eso posible? ¿Será que se trata de buscar algo que nunca se va a encontrar y que está perdido desde el inicio?
A veces pienso que no quiero empezar de nuevo. Que ya tenía lo que andaba buscando. Otras veces me digo a mí mismo que era necesario irse de ese lugar seguro, que me hacía ver hacia la ventana y querer estar en otro lugar. El ese otro lugar de hoy es este. Acá frente a esta computadora. Escribiendo para no sentir tanta tristeza. Para remendarme.
Hoy pensé que la tarde estaba bonita. Quise que aún pudiésemos hablar, que nos pudiésemos ver. Quise tomar café con vos y luego decirte que fuéramos a caminar. Aun me queda mucho por llorar. Eso lo he comprendido. También he comprendido que hoy te extraño sin culpa. Simplemente te extraño. Extraño ese que era cuando caminábamos juntos.
Recién termino mi café. Saldré a caminar, acompañado de mí mismo. Y querré verte caminando por ahí, para darte un beso y un abrazo, sencillamente.
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