Escucho a Satie y el piano me evoca una tristeza sosegada.
Como si comprendiera profundamente que todo está perdido.
Que la angustia de anticipación no es más que angustia de resignación.
Y que esa idea está bien.
Que estoy bien con esa idea.
Si todo está perdido, al menos se puede hacer otra cosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario