viernes, 17 de octubre de 2008

Sistema de dominación, deseo y goce

El sistema de dominación en las formaciones sociales contemporáneas tiene una particularidad esencial: esta incorporado a la base libidinal de las personas. Se instala en el cuerpo, en cierta forma de gozar.

Foucault lo decía bien, el poder es poder no porque reprime, sino porque permite el goce. Las estructuras de dominación devienen naturales, es decir, son incorporadas de forma automatizada en la subjetividad (identificaciones inerciales, las llama Gallardo), en el lenguaje, en la forma de las relaciones humanas, o sea, en las instituciones.

De esta forma, la lucha política contra el sistema de dominación es una lucha contra identificaciones inerciales provistas por instituciones sociales. En este sentido, es también una lucha interna, una lucha de transformación personal, una pugna con sí mismo.

Es en este espacio que es útil el dispositivo analítico(psicoanálitico). El análisis puede ser una herramienta útil que permita ese pasaje al acto, que posibilite el hacer, más que el decir.

El análisis no es un fin en sí mismo. En ese esfuerzo por visitar lo que hay de pasado en el presente existe posibilidad de transformar.

Lo revolucionario del dispositivo analítico es que es una empresa colectiva, nunca individual. Es un espacio de encuentro que sostienen dos personas. El analizante, en su voluntad de hablar y el analista en su voluntad de escucha.

El decir debe producir cierta forma de hacer y el hacer cierta forma de decir. El alcance político del dispositivo analítico es entonces hacer nacer un sujeto de deseo. Un sujeto que inscribe en su deseo la forma propia e incorpora en ésta al otro.

El análisis permite un encuentro más allá de sí. Contrario a lo que popularmente se piensa, no se trata de encontrarse a sí mismo. Se trata justamente de lo opuesto, de desprenderse de sí mismo.

Es aquí donde se vuelve al tema inicial. El desprendimiento de sí genera la posibilidad de transformar identificaciones inerciales. En este punto el psicoanálisis se distancia radicalmente de la psicologia. No se trata de ser más yo, sino más bien, menos yo.

La base libidinal donde se asienta el sistema de dominación tiene que ver con cierta forma de gozar. De ese goce que no es igual al placer y que tampoco es deseo.

La identidad se encuentra allí donde el deseo es. El sujeto de deseo aparece allí donde aparece el otro, en el lugar del nosotros. No hay deseo sin otro. Lo otro es goce.

No hay comentarios.: