martes, 18 de noviembre de 2008

Dos o tres segundos

Forrest Gump decía: "la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes lo que vas a obtener". Es difícil soportar la angustia de ese hecho. Es cierto, nunca se sabe lo que se obtendrá o lo que resultará de nuestras acciones presentes. Es la causalidad de los azares, como canta el poeta.

Hace falta mucha fe antropológica, mucha confianza en sí mismo y en el futuro. Hace falta soltura, tranquilidad, disfrute. Fluir...

¿Quién o qué nos enseña a fluir? Estupenda pregunta. ¿Qué nos permite soltarnos, confiar?

Pienso que ésas son tareas difíciles para quiénes como yo, somos sobrerreprimidos. Por sobrerrepresión, entiendase aquella represión que va en contra de la vida y la felicidad con criterio de realidad. Aquella represión que no es necesaria, porque existen los medios materiales para superarla, transformarla.

Construir muros es una decisión política. Hay una voluntad social, un poder que los construye. Ese poder es imperio, dominación. Por lo tanto, el acto de comunicar, de comunicarse, es testimonio revolucionario. Quienes son capaces de escuchar, de reconocer y acompañar, anuncian otra forma de existir y de vincularse con otr@s.

A veces bastan solamente dos o tres segundos de ternura.

1 comentario:

lauraastorgam dijo...

hjm, he escuchado/leido esta palabra varias veces en los ultimos 2 meses, supongo q es porque estoy FLUYENDO, y si hjm... exelente idea para la blanca pared de algun banco de esos nuevos que lo dan todo... talvez en una blanca pared HSBC...ahora, los que fluyen: o fluyen contra la corriente que dicta la sociedad o mejor no fluyen, pa que fluir pa donde todos fluyen como lechon al matadero, !!!
la gravedad enseña "el fluir"