miércoles, 18 de febrero de 2009

En la resistencia de la cocina

A veces pienso...(sí, aunque no lo crean). A veces pienso que un amigo alguna vez tuvo razón. A veces pienso que sí, es cierto, hay un énfasis sobredimensionado que se hace con respecto a la búsqueda de felicidad en los vínculos de pareja. Mi amigo me hacía la observación de que le parecía que yo ponía mucho en juego ahí, en las relaciones de pareja. Me sugería sublimar algo de esa energía puesta ahí, y gracias a ese consejo empecé a escribir estas cosas que escribo.

Le doy la razón, aunque no creo que esa característica de sobredimensionar las relaciones de pareja sea únicamente mía. Me parece que la formación social en la que habito promueve la búsqueda de felicidad en la relación de pareja como lugar privilegiado. Es ahí donde los hombres y mujeres debemos buscar la satisfacción y la felicidad. En la pareja, que debe de culminar en matrimonio y por extensión en la crianza de niñ@s. Además, los vínculos amorosos son siempre de a dos, excluyentes y ensimismados. Se supone que una vez que se ha encontrado a "la" o "el" o "la/el" o "el/la" indicad@, la búsqueda termina y llega la felicidad. Como en una novela de televisión.

El sistema de dominación, a través de sus instituciones, promueve y desea que la búsqueda se haga fundamentalmente ahí. La razón es sencilla: esa búsqueda, en las condiciones en que existimos (es posible que en otras condiciones también), está perdida desde el inicio, pero las personas la encontramos completamente posible, deseable y alcanzable.

La clave del sistema de dominación es hacer énfasis en que "la" relación de pareja es la felicidad, es ahí donde se debe buscar y no en otro lugar. La categoría privilegiada del sistema es la diversión (en su forma de entretenimiento y goce inmediato y en su sentido de distracción principalmente). Es la zanahoria que pende del hilo atada a una caña que a su vez se haya atada al cuello del burro y que éste persigue incesablemente y jamás alcanza. La puede oler, la ve en su intensidad y volumen naranja y verde, pero jamás la obtendrá, a menos de que rompa la estructura dentro de la cuál se posicionan en relación uno con la otra.

Para el sistema de dominación lo importante es que no se vea todo lo importante. Además, promueve cierta forma y sentido de pareja, justamente el que le sirve para cooptar el cambio y prolongarse como sistema.

Por lo tanto, nuestra lucha deber ser contra lo que se plantea como imposible. En la imposibilidad se haya la prohibición. Una sociedad equitativa, justa, gratificante, amable con las personas y la naturaleza es imposible, es decir prohibida.

Nuestra tarea es hacer posible lo que el sistema de dominación construye ideológicamente como imposible.

1 comentario:

_ dijo...

A propósito de Mayo..."Seamos realistas, pidamos lo imposible"

Saludos lejanos.