lunes, 22 de septiembre de 2008

Acertijo

¿Porqué es que los seres humanos nos empeñamos en creer? Hay quienes creen en Dios, otros creen en La Revolución, otros creen en que se van a ir en un cometa, otros creen que es posible la vida después de la muerte, otros que hay extraterrestres, otros que hay duendes, otros creen en el mercado, otros en la olla que desborda dinero y la mano invisible que reparte.

¿Que destino es el del incrédulo? ¿Se podrá caminar sin creer en algo, se podrá soportar la vida sin ilusiones? ¿Porqué creer en los sueños, porqué intentar descifrarlos, porqué hacer alucinaciones, porque drogarse o emborracharse? ¿Porqué escribir? ¿Para qué?

Desde el sopor de esta noche pegajosa y húmeda, desde mis vacaciones fugaces de la maquila, desde mi delirio atlántico sin tren. Desde el ardor de las picadas de zancudos kamikaze, desde la ausencia de toda esperanza y todo pesimismo. Desde la certeza del delirio y el enigma. Desde este sueño que pesa en mi cabeza, desde la indiferencia de basura. Desde la apatía de las moscas y la ausencia de voz.

En el músculo roto y la razón perdida. En la nieve volcánica que enfría incandescentemente mi mente. Desde la incertidumbre de lo cierto. En la vulnerabilidad del deseo. En la culpa del placer. En el miedo al olvido. Desde la muerte que vive en la vida y los sueños que duermen durante la vigilia.

En el alto costo de la vida, en la factura petrolera y la imposibilidad de producir. En la ausencia de trabajo y dignidad. En la insatisfación de tres dólares. En el hambre insaciable. En la vanidad. En la caridad. En el goce.

No creo en nadie, no creo en mí. Pobre de mí. El pobrecitico. El moto, el trasto roto. El de los zapatos izquierdos y los diablos azules encasquillados en las yemas. El de las armas sin ideología y las ideologías sin arma. El que no sabe escribir, el que no sabe leer y que no sabe querer. El que no quiere creer. El que le da igual todo. El que se creyó el tango. El que sueña con fantasmas. El que no tiene sueño. El que duerme de día.

Ya basta de queja. Ya basta de lamento. Ya basta. Aunque nada sea suficiente, aunque nada esté completo, aunque no termine nunca. Aunque no haga nada de provecho, aunque nadie escuche. Nadie escucha. Nadie cree. Tres tristes manigordos. Todo nada, nada todo. Por más que intente, soy irremediablemente normal. Mediocremente mediocre. Malo. Malo. Malo. Tonto. Tonto. Tonto. Lamento lamentarme, me lamento. Me la mento. Basura. Basura. Basura. Por mi culpa, por mi culpa, por mi propia culpa. El bueno de mí, villano de mí, el humano. el hermano. Vergüenza. Con vergüenza.

El que cree no creer nada, no servir de nada, no saber nada, no ser nada, y sin embargo hasta su inutil tiempo escribiendo inutilmente. El que no tiene nada inteligente que decir, el que no tiene nada original que decir, el que no dice cosas maravillosas, el que no enamora desde su vulnerabilidad. El que golpea el teclado con rencor. El que paró en éstas letras antes de cometer un error, antes de equivocarse, antes de arriesgarse. El que no se juega la vida y le teme a la muerte. El que vea a la muerte en el vecino. El que no tiene nada. El que no quiere. El que cree ser indiferente. El que niega. El que huye. El que plagia. El que escapa. El que no escapa. El que es capa. El capa. Falta.

El que no lee lo que escribe. El que no se escucha. El que piensa mucho. El que enmudece. El que llora. El que grita. El que se exaspera. El que busca palabras como ¨exaspera" con afán de agradar. ¿A quièn? El que lee libros y se maravilla de ellos y cree ver hechizos y extrañas coincidencias. El que mide todo lo que dice y por eso no lo dice. El que controla. El que cree controlar, el que no cree controlar. Todo. Nada. Falta. Insatisfacción. Goce. Deseo. Placer. Angustia. Paisaje. Letra. Punto.

2 comentarios:

mximoargento dijo...

Vivir todas esas cosas, y creer en todas esas cosas nos va a llevar a el punto al cual queremos llegar: EL EQUILIBRIO DE TODAS LAS COSAS.

Esteban dijo...

Yo soy más bien torpe. Me cuesta encontrar el equilibrio. Honestamente me pregunto si existe. Ya sabemos que, al menos en la práctica económica, no; aunque la teoría lo alucine.
Yo prefiero el alivio al equilibrio. Cuando caminamos podemos caer y eso es parte de vivir.

Gracias por visitar y dialogar.

Saludos tropicales.